¿Seguirá el pacto de impunidad?
Desde su salida de Los Pinos, el expresidente Peña Nieto ha sido prácticamente intocable. Todo habría iniciado, según parece, con el pacto de impunidad que permitió la transición de gobierno en 2018, para la llegada de López Obrador.
Y es que éste último, recordemos, dedicó mañaneras completas para hacer un escarnio público del panista Felipe Calderón. Pero del priísta, a quien se refería con respeto como “El Licenciado”; nada, ni una mención crítica.
Pese a los escándalos y señalamientos por enriquecimiento ilícito, corrupción, lavado del dinero e incluso delitos del orden electoral; el exmandatario se ha dejado ver, con total tranquilidad, disfrutando de su fortuna fuera del país.
Es hasta ahora, cuando un conocido diario israelí, The Marker, reveló que el expresidente mexicano habría recibido sobornos millonarios para permitir el uso del software de espionaje Pegasus en México, que el caso toma una nueva dirección y se convierte en un tema de agenda para la actual presidenta, Claudia Sheinbaum.
Su propio fiscal, Alejandro Gertz Manero, ha confirmado que ya se abrió una carpeta de investigación por el uso de este software de espionaje. Se habla de al menos 25 millones de dólares, que presuntamente habría recibido Peña Nieto para permitir el espionaje de toda clase de personajes en nuestro país, al estilo de la KGB.
Sin embargo, este no es el único escándalo que arrastra el expresidente originario de Atlacomulco. Uno de los casos más turbios que salpicó a su gobierno, fue Odebrecht, la gigantesca red de corrupción, tráfico de influencias y lavado de dinero en torno a la explotación de hidrocarburos, que llegó hasta uno de sus colaboradores más cercanos y quien fuera titular de Pemex en ese sexenio, Emilio Lozoya.
A este caso se suma la “Estafa Maestra”, con la cual presuntamente se habrían desviado más de 7 mil millones de pesos; la famosa Casa Blanca de la Primera Dama y esposa de Peña Nieto, Angélica Rivera y los casos todavía impunes de Ayotzinapa y Tlatlaya.
Al igual que su predecesor, la presidenta Sheinbaum ha sido pasiva al momento de fijar una postura frente a las acusaciones que implican al ex mandatario mexicano. Pareciera que sigue un guión para no emitir ninguna sentencia discursiva que lastime la honorabilidad de Peña Nieto.
“Ya dijo que no es así”, respondió en la mañanera, ante los cuestionamientos de la prensa sobre los presuntos sobornos que reveló el diario israelí. Bajo ese simplismo, ¿para qué entonces iniciar una carpeta de investigación como ya lo hizo la FGR?
En el fondo, nadie sabe qué clase de información tenga en sus manos el expresidente, producto de ese espionaje, que pudiera incluso comprometer a autoridades de la actual administración.
Si la investigación avanza y hay resultados tangibles, el gobierno de Sheinbaum confirmará que combate la corrupción del pasado, sin tintes políticos, ni favoritismos. Si se le da “carpetazo”, será como decimos en el argot futbolístico, “pura finta” para marear a la opinión pública.