Blindajes insuficientes | Cosas Veredes por: Gilberto Carlos Ornelas

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Blindajes insuficientes

Durante mucho tiempo hemos escuchado afirmaciones tan repetidas como falsas, que caen por su propio peso, o por el peso de la realidad. Se ha dicho que Aguascalientes es un islote de paz y tranquilidad en medio de una región marcada por la violencia y la inseguridad pública, y hasta se ha recreado una absurda rivalidad con los estados vecinos. Pero también, por otro lado, se ha dicho que es inevitable que Aguascalientes se homologue a la inseguridad pública que se vive en otras regiones del país.

Ninguna de esas afirmaciones resiste un análisis medianamente serio: a pesar de los factores que inciden en la realidad nacional, las condiciones particulares de cada región, estado y municipio, geográficas y económicas, pero principalmente políticas de gobierno, inciden en el estado de cosas y muy especialmente en las formas de convivencia social.

Por ello, al igual que en otros aspectos como el desarrollo económico, la educación y la salud, en materia de seguridad pública y delincuencia, se debe entender la naturaleza del fenómeno para generar estrategias adecuadas. Más allá del voluntarismo, cada fenómeno natural o social debe ser combatido con los métodos adecuados.

La reflexión más importante que puede hacerse después del pasado “sábado narco” es que se requiere mucho más que la estrategia del blindaje, pues parece, a partir de la información oficial, que mientras las corporaciones de seguridad cuidaban fronteras y puntos neurálgicos de la entidad, alguien montaba un narcolaboratorio en algún paraje no muy oculto. Y en tanto, en nuestros barrios y colonias la conflictividad social y la delincuencia común se incrementan y se conectan con la delincuencia de alto impacto a través de mecanismos de cooptación, reclutamiento y quizá hasta captura de jóvenes que luego serán “halcones”, “mulas”, o “carne de cañón” para el crimen organizado.

La delincuencia en cada territorio del país adquiere gran fuerza y peligrosidad cuando se vincula a estructuras más organizadas y con mayores recursos de todo tipo, como los cárteles del narcotráfico. Ese proceso de vinculación depende no sólo del avance territorial de las organizaciones criminales, sino también de las condiciones locales que faciliten o no su implantación y operación.

El mensaje nada subliminal de las autoridades aguascalentenses en el sentido de que “la inseguridad viene de fuera” es discutible, aunque frecuentemente los hechos en las poblaciones vecinas, lo refuerzan. Aun así, resultó histriónico el gesto del gobierno zacatecano de “cerrar sus accesos” ante la violencia en territorio aguascalentense el pasado sábado 26, puesto que aunque seguramente es necesario que las entidades resguarden sus fronteras, se deben reconocer las limitaciones de esa medida.

Hace más de 25 años se colocaron en las entradas a Aguascalientes grandes letreros que llamaban a los delincuentes a “no ingresar” al estado con la advertencia de que aquí no se les permitiría violar la ley; años después se construyeron las “puertas de seguridad” con tecnología de punta, y no se ha dejado de reforzar a los equipos de reacción policiaca. Y aun con eso, el crimen organizado se implantó en la entidad con narcotráfico, asesinatos y extorsión, y paulatinamente se ha incrementado la percepción de inseguridad.

Hemos tenido sucesos de gran impacto como el “jueves negro” del 15 de febrero de 2007, y ahora los del “sábado narco” del 26/07. En ambos se dieron expresiones violentas del crimen organizado, con ágil respuesta de las corporaciones de seguridad; y nos muestran que en casi veinte años las debilidades ante la delincuencia siguen siendo muy parecidas.

En el “jueves negro” resultó que un lugar muy conocido, el rancho “El Chacho” era centro de operación y cementerio clandestino, y nadie lo sabía. Ahora resultó qué en las cercanías de Rincón de Romos, existía un narcolaboratorio y tampoco había sido detectado, con el agravante ahora de que, como reacción o distracción, actuaron varias células delictivas para sembrar caos y miedo, incendiando comercios y vehículos en varios puntos del estado.

El saldo oficial de 27 personas detenidas, 3 personas muertas, el intento de generalizar miedo en la población y el inédito y virtual “toque de queda” por una noche en Rincón de Romos, Asientos y El Llano, nos muestran la perogrullesca verdad de que el crimen organizado ha alcanzado a nuestra entidad, y sobre todo que los blindajes son útiles, pero totalmente insuficientes.

Sin policías ni estrategias preventivas, suficientes, capacitadas y adecuadas a los nuevos tiempos, no habrá blindajes que resistan. Las corporaciones de seguridad deberían saber lo que está sucediendo en cada tramo del territorio para nunca ser tomados por sorpresa; deberían alertar y prevenir el deterioro social en los pueblos, colonias y ciudades del estado, y evitar con las autoridades la creación de “caldos de cultivo” para la delincuencia. Es tiempo de revisar los blindajes, pero también de avanzar en la organización de policías y políticas de seguridad más eficientes para que la sociedad en su conjunto combata la conducta criminal.

@gilbertocarloso

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