Un mexicano entre las estrellas | La Columna J por: Roberto Ahumada

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La Columna J 

Un mexicano entre las estrellas

“Sin importar qué tan lejos llegue el ser humano, siempre debe tener los pies en la tierra”.

Estimado lector de LJA.MX, con el gusto de saludarle como cada semana, quiero agradecerle por su tiempo, su espacio y su atención para dar lectura a esta columna. En esta ocasión quiero hacer una referencia al excelente evento realizado por la UNII (Universidad Internacional de Innovación), en conjunto con la NASA y distintos sectores académicos, científicos y gubernamentales.

La misión y la visión de esta gran casa de estudios han sido bien dirigidas por la doctora Lourdes Margain y por el presidente del Consejo Educativo, Javier Alejandro. En sus bases educativas se establece la innovación, e innovar es hacer algo que nadie más ha realizado, justo como el evento que se llevó a cabo el fin de semana pasado, en el que se ofrecieron múltiples conferencias y actividades relacionadas con lanzamientos de cohetes e interacciones simultáneas con personal de la NASA. El evento contó con expertos en la materia que desarrollaron la logística, la planeación y la ejecución, como David Zapata Leal y Yuriko Fernández, quienes tuvieron un papel fundamental y de vital importancia en su realización.

En un evento sin precedentes, Aguascalientes se vio galardonado con la visita de Rodolfo Vera Neri, el primer mexicano en el espacio. En noviembre de 1985, mientras el mundo seguía con asombro las travesías espaciales de la NASA, un hombre nacido en Chilpancingo, Guerrero, escribió una página gloriosa para la historia de México: Rodolfo Neri Vela, ingeniero, doctor en electromagnetismo y profesor universitario, se convirtió en el primer astronauta mexicano en orbitar la Tierra a bordo del transbordador Atlantis. Su legado se extiende más allá del tiempo presente.

“Para mí, es mucho mejor comprender el universo tal como es, que persistir en la ilusión, por satisfactoria y tranquilizadora que sea”: Carl Sagan.

Su ascenso no fue improvisado. Formado en la UNAM y con estudios de posgrado en Inglaterra, Neri Vela conjugaba la ciencia con una profunda vocación por el conocimiento. Fue seleccionado para la misión STS-61-B tras una rigurosa preparación. En su conferencia magistral refirió que a la convocatoria llegaron mil personas, un proceso sumamente complejo y lleno de adversidades. Señaló lo difícil que es avanzar sin un gobierno que apueste por la ciencia y el desarrollo tecnológico.

Sin embargo, una persona con su tesón y capacidad no se vería disminuida ante el reto. Una mente peculiar cuya originalidad le permitió sobresalir entre los demás candidatos. Durante su tiempo en el espacio, realizó experimentos científicos, tomó fotografías de nuestro planeta y -detalle curioso pero revelador- introdujo las tortillas en la dieta espacial, evitando así las migajas del pan que flotaban peligrosamente en gravedad cero. Por primera vez, una tortilla llegó al espacio.

A su regreso, lejos de buscar la fama fácil, dedicó su vida a la divulgación científica. Dio clases, escribió libros, fundó instituciones, ofreció centenares de conferencias en universidades y centros académicos y, sobre todo, sembró preguntas en miles de jóvenes que vieron en él la prueba de que los sueños, incluso los que nacen en las montañas del sur mexicano, pueden alcanzar las estrellas. Su nombre está inscrito en la única medalla que la NASA ha otorgado a un mexicano. Insistió en que, aunque llegó al espacio, siempre ha tenido los pies en la tierra. En su conferencia mencionó que nunca tuvo ambición económica, pues ese es un camino más infinito y vacío que el propio universo.

“La ciencia no solo es compatible con la espiritualidad; es una profunda fuente de espiritualidad”: Carl Sagan.

Hoy, que su nombre ha sido inscrito en el Muro de Honor del Senado, no solo celebramos al astronauta, sino al maestro, al científico, al hombre que llevó el pensamiento mexicano más allá de la atmósfera. Porque Rodolfo Neri Vela no fue solo un viajero del cosmos, fue un constructor de futuro. Neil Armstrong puso el primer pie en la Luna hace 56 años. El mundo ha cambiado. Los seres humanos debemos evolucionar, y eso exige poner atención en la educación y en la juventud.

El evento fue inaugurado por parte del gobierno con la presencia de José Juan Sánchez Barba, coordinador general ejecutivo del Gabinete de Gobierno del Estado, un político que ha sabido tener tacto, presencia y acciones eficaces. Asimismo, la diputada Ana Gómez estuvo presente y participativa durante los dos días del evento. Del mismo modo, se contó con la presencia de Mónica Mendoza, presidenta del Clúster Automotriz GIRAA, cuya asistencia fortaleció aún más la gran convocatoria realizada por la UNII.

Muchas felicidades a la Universidad Internacional de Innovación por abrir sus puertas a cientos de personas que pudieron interactuar directamente con la NASA, con el personal de esta universidad y con personajes célebres y de talla espacial como Rodolfo Vera Neri. Es importante voltear a ver las estrellas, pero también es esencial reconocer el esfuerzo que se realiza en favor de la educación.

“En algún lugar, algo increíble está esperando ser descubierto”: Carl Sagan.

In silentio mei verba, la palabra es poder, la filosofía es libertad.

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