Si eres de los que no perdonan su café matutino o consumes este grano en helado o galletas, hay malas noticias. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció recientemente un arancel del 50% a productos brasileños, como respuesta a lo que consideró “malos tratos” al expresidente Jair Bolsonaro, su aliado político.
Bolsonaro enfrenta serias acusaciones en su país: la Fiscalía de Brasil ha solicitado prisión preventiva para él, al acusarlo de encabezar una conspiración para mantenerse en el poder tras perder las elecciones de 2022 ante Luiz Inácio Lula da Silva.
Brasil: gigante del café
La medida podría impactar varios productos, pero uno de los más afectados es el café. Brasil es el principal productor mundial de este grano, mientras que Estados Unidos es uno de los mayores consumidores.
Según Márcio Ferreira, presidente del Consejo de Exportadores de Café de Brasil (Cecafé), la industria cafetera tiene un peso importante en ambas economías:
“Por cada dólar importado, se generan 43 dólares en la economía estadounidense cuando se trata de café. El café da empleo a más de 2 millones de personas y representa el 1.2% del PIB en EE. UU. Para Brasil, representa el 0.89% del PIB”.
En 2024, Brasil reforzó su liderazgo como proveedor de café para EE. UU., que importó 8.1 millones de sacos, un aumento del 34% respecto a los 6.1 millones de 2023. Ese volumen representó el 16.1% de las exportaciones totales de café de Brasil el año pasado.
Sacudida en los mercados
Aunque el arancel entrará en vigor a partir del 1 de agosto, el anuncio, hecho mediante una carta de Trump, ya provocó un temblor en los mercados.
En la Bolsa de Nueva York, los futuros del café arábico subieron más del 3.5% en la mañana posterior al anuncio. Este tipo de grano, usado en cafés de alta gama, proviene en su mayoría de Brasil.
Difícil reemplazo
Aunque Estados Unidos podría buscar nuevas fuentes de abastecimiento, no será tarea sencilla.
Brasil destaca por el gran volumen y los perfiles de sabor únicos de sus granos, algo difícil de encontrar en otros países productores.
Esta situación podría derivar en precios más altos y menor disponibilidad para los consumidores si no se diseñan nuevas estrategias de abastecimiento.
En el caso del café robusta, una opción sería Vietnam, con proyecciones de exportación de 24.6 millones de sacos, según el Departamento de Agricultura de EE. UU. (USDA). Sin embargo, también se impondría un arancel del 20% a estas importaciones, según el acuerdo comercial bilateral entre ambos países.